Érase una vez que se era, hace ya unos cuantos años, en el Saló Internacional del Còmic de Barcelona, estando yo en el stand del Pregonero, con mi amadísima Compañía Suicida, cuando cayó en mis zarpas una publicación con la portada coloreada a mano y decorada con pegatinas brillantes con forma de corazones y estrellas. Si ya aluciné con el dibujo de la tapa, las historietas de su interior y la forma de contarlas me dejaron fascinadito.
Años más tarde, localicé en la red a su autora , a quien no dudé en abordar para conseguir el número 1 de la chica huevo.
Tanto insistí, que no solo conseguí la revista visionaria sadomasokitsch pseudo-cañí, también conseguí mi Lollypop-star (con pestaña incluida)
Desgraciadamente no sacó ningún número más, ahora utiliza la pintura, la fotografía, la música, el vídeo, incluso muñecas para contar sus historias.
Años más tarde, localicé en la red a su autora , a quien no dudé en abordar para conseguir el número 1 de la chica huevo.
Tanto insistí, que no solo conseguí la revista visionaria sadomasokitsch pseudo-cañí, también conseguí mi Lollypop-star (con pestaña incluida)
Desgraciadamente no sacó ningún número más, ahora utiliza la pintura, la fotografía, la música, el vídeo, incluso muñecas para contar sus historias.
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